Cuando tu mente experimenta el estado vacío de no pensar en nada en específico, desprovista tanto de constructos mentales como de claridad, observa sin hacer esfuerzo la naturaleza de aquello que se da cuenta de ese estado. Cuando lo haces, hay pura conciencia no-dual (rigpa), sin conceptos, totalmente abierta, libre de interno y externo, como un cielo límpido y luminoso. En esta conciencia pura no hay dualidad entre experimentador y experiencia, y sin embargo es posible tener la clara convicción de que tu verdadera naturaleza no es más que esta.
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